Mi journaling prompt de hoy era:
¿Cómo me mostraría si dejara de tratar de controlar como los demás me perciben?
Una pregunta que me llevo a otras:
¿Qué haría más? ¿Qué dejaría de hacer? ¿Qué cosas no me callaría? ¿Cómo sería mi conducta?
Y estas preguntas me hicieron pensar en mi infancia y las creencias que en ese momento interioricé: "tengo que ser buena." "La gente buena es amada." "La vida favorece a los buenos" "Si soy buena seré amada." "Si soy buena la vida me será justa."
Ya se podrán imaginar los problemas que estas creencias me han generado y el trabajo que he hecho y sigo haciendo para reestructurarlas; pero bueno, ese es otro tema.
Muchas veces nos sentimos condicionados por nuestras familias, nuestros amigos, la sociedad a la que pertenecemos, y podemos fácilmente perdernos a nosotros mismos pues cada grupo nos percibirá diferente y si nos vamos más específicos, cada miembro de cada grupo generará otra percepción distinta.
Cuando nos entre la duda de quién somos y que queremos, regresemos a esa época de nuestras vidas donde los condicionamientos si existían, pero no les hacíamos tanto caso, donde éramos lo más nosotros mismos posibles, esa época cuando éramos niños.
No necesitamos permiso para volver a quien somos. No necesitamos permiso para sentir a todo color y a toda potencia. No necesitamos permiso para cambiar de opinión. No necesitamos permiso para soñar. No necesitamos permiso para volver a empezar las veces que necesitemos y haga falta.
Bueno, pensándolo bien si necesitamos un permiso, el más importante de todos, el nuestro.
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