Hay tanto y a tantos que agradecer, pero hoy dedico este escrito a la persona que siempre ha estado conmigo, la más fiel, desde que nací, y quien permanecerá hasta el final de mis días.
Ella no me ha dejado ni por un segundo
aunque a veces yo me olvide de que está ahí.
Es quien se duerme conmigo todas las noches
y me acompaña desde que despierto.
Quien me ayuda a aceptar lo que siento y pienso
cuando la noche se vuelve oscura.
Quien me habla a través del corazón
y siempre sabe cuál es la mejor decisión.
Quien a veces se le olvida todo lo que hemos aprendido
y habla, que digo habla, grita desde sus heridas,
pero que lo hace desde el amor
en un intento de protegerme.
Quien es la única persona en este mundo capaz de realmente entenderme.
Gracias, Sofi.
Gracias por los altos y bajos que vivimos juntas.
Gracias por acompañarme, aunque yo a veces, con el día a día, te ignore.
Gracias por cuidarme y sostenerme en esos momentos donde no tengo a nadie más.
Gracias por esa fuerza interna que hace que nos levantemos todos los días.
Gracias por nunca rendirte.
Gracias, porque los demás vienen y van, pero mientras te tenga a vos, nunca estaré sola.
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