Actualmente, la muerte sigue siendo un tema tabú, al menos en mi cultura. Creemos que por hablar de ella la estamos "llamando”.
¿Cuántos duelos patológicos son el resultado de no poder hablar libremente de cómo nos sentimos al perder a alguien?
Nos haría mucho bien saber que el enojo, el miedo, y la tristeza son emociones normales y esperadas, y que no, no hay que ser fuertes, no en esos momentos donde nos damos cuenta que hemos perdido a una persona significativa en nuestras vidas. Ser fuerte no significa reprimirse, al contrario, implica abrirse a la experiencia de sentir y abrazar cada emoción.
Ernest Hemingway decía, "Lo único que nos separa de la muerte es el tiempo", y cuánta razón tenía pues la muerte es de las pocas certezas que tenemos como seres humanos. Entonces, ¿por qué si es algo tan normal, nos cuesta tanto hablar de ello? He sido testigo de como cuando alguien recuerda a un ser querido lo primero que se dice es "shh, cambiemos el tema, hablemos de otra cosa.”
¿Por qué? ¿Por qué no podemos hablar de cómo nos sentimos? Ah, porque ya han pasado 10, 20, 30 años, ya me tengo que sentir bien... ¿según quién? Esto nos lleva a evitar este tema y al hacerlo, nuestras emociones se agravan. Además, pueden surgir sentimientos de soledad e incomprensión ya que pensamos que no podemos compartir lo que estamos sintiendo, después de todo, ¿quién va a entender?
A mi relativa corta edad, se me han adelantado muchos amigos y familiares. El tiempo pasa, pero nunca deja de doler, es más, creo que siempre duele de la misma forma. En realidad, no se trata de pretender que no nos duela u olvidar a esa persona, eso es imposible; sino de recolocarla en nuestras vidas y aprender a vivir con su ausencia. El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional.
En una de sus canciones, Arjona dice, "La muerte me enseñó que hay que vivir"... En realidad, ¿vivimos? ¿Qué tanto estamos dejando huella en este mundo para ser recordados? ¿Qué tanto estamos realmente presentes en la vida de quienes nos rodean?
Nuestro tiempo en este mundo es limitado. Desde que nacemos vamos en cuenta regresiva. No tenemos nada seguro más que el hoy; algo que muchas veces olvidamos y tomamos por sentado.
Necesitamos ausencia para valorar presencia y es algo con lo que debemos luchar. Daniel me comentaba..."la mejor forma de vivir es pensar que pronto vas a morir", y tiene razón pues al pensar en la muerte, todo se pone en perspectiva y podemos atesorar lo que realmente importa.
¿Por qué esperar a que alguien muera para llenarlo de detalles y escribirle lo mucho que significa para nosotros? Me encanta el poema En vida hermano, en vida de Ana María Rabatté que perfectamente ejemplifica este punto.
Familia y amigos, si me muero mañana o dentro de algunos años, quiero que sepan que fui feliz en esta vida y que disfruté mucho cada momento con ustedes.
Sepan que los quiero y que son especiales para mí. Sépanlo porque cuando ese día llegue no podré decirlo.
Espero haber dejado huella en ustedes para poder seguir con vida a pesar de la muerte, pues citando a Isabel Allende, "La muerte no existe, la gente solo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme, siempre estaré contigo."
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