Este escrito va dedicado a todos los que iniciamos el 2021 con mucha ilusión y acabamos con sueños rotos.
Lamentablemente ese fue mi caso y el de algunas personas cercanas a mí. Digo lamentablemente, pero ¿realmente es lamentable?
Recuerdo la oscuridad que permeaba los días en los que el sueño se rompió. El sentimiento de frustración, de impotencia, de desilusión. Y las inevitables preguntas, ¿y ahora qué? Ahora ¿qué hago?, ahora ¿qué hacemos? ¿Cuál es el plan B?
Yo no creo que el tiempo sana todo, más bien pienso que es lo que nosotros decidimos hacer con ese tiempo lo que puede ayudar a sanar o no. Pero si es cierto que a medida pasa el tiempo, las cosas se vuelven más claras.
Cuando recibimos la mala noticia, Daniel me decía: “Esperemos. Esperemos a ver qué pasa. Todo pasa por algo y ese algo lo vamos a descubrir, pero dejemos que las cosas pasen.”
Cinco meses después les puedo decir que, aunque no estoy muy segura cual es ese algo, si le he encontrado un poco de sentido al sueño roto.
Siempre duele, siempre frustra, pero decido creer que hay algo más detrás de todo esto.
Así que a todos los que tuvieron sueños rotos este 2021, you’re not alone.
Te abrazo con este escrito y te invito a que nos demos tiempo. Sigamos adelante pues es la única manera de saber el propósito del sueño roto.
Poco a poco las cosas se van acomodando (nos demos cuenta o no) Y si bien no podemos controlar que los sueños se cumplan o no, si podemos reacomodar, reestructurar, y volver a empezar otro sueño.
“Sometimes, man’s rejection is God’s protection”
“A veces, el rechazo del hombre es la protección de Dios”
Nada es coincidencia en esta vida y así como agradecemos lo bueno, lo deseable y lo positivo, hay que agradecer lo malo, lo negativo, lo indeseable, pues de aquí surgen no solo los aprendizajes, sino nuestra mejor cualidad: esa poderosa resiliencia, inherente a los seres humanos.
Así que ¡salud!, por los sueños rotos y también por los sueños cumplidos (muchos que a veces pasan desapercibidos) Que tendencia esta a fijarnos más en lo malo.
¡Salud!
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