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Writer's pictureSofi

No quiero

Hemos aprendido que para llevarnos bien con los demás, debemos de siempre estar de acuerdo con ellos. Las discusiones ojo, discusiones, no peleas, se tratan de evitar a toda costa porque de alguna manera creemos que pueden poner en peligro esa relación de familia, amigos, o pareja.


Sin embargo, es ilógico suponer que como seres humanos debemos de pensar igual o querer las mismas cosas. Solo mirémonos al espejo, si hay diferencias significativas a nivel físico, ¿cómo pretendemos que no las haya a nivel psicológico? Es absurdo, ¿cierto?


A veces pienso que tiendo a caer mal, precisamente porque he tratado de ir poniendo en práctica estos límites. Soy alguien que si no le gusta algo o no está de acuerdo contigo te lo va a decir y a veces eso no es del agrado de los demás; más que todo porque no estamos acostumbrados a ellos.


Así como señala Mafalda, es un deporte de riesgo, alto riesgo, agregaría yo. Claro, estamos de acuerdo que el poner límites debe también incluir respeto y empatía. No se trata de agredir a los demás tampoco, sino de reconocer que somos diferentes y que lo que el otro piensa es igualmente válido a que lo que yo puedo pensar aunque sea diferente. No se trata de imponer, manipular o sobornar, sino de respetar y tolerar. Recordemos que para llevarnos bien NO se necesitan las mismas ideas sino el mismo respeto y como decía Benito Juárez: “El respeto al derecho ajeno es la paz.”




Comprender esto nos cambia la vida pues nos ayuda a ser más compasivos con los demás…entendiendo que si yo a veces no tengo ganas de contestar un mensaje, ir a algún lado, o comer X o Y cosa, el otro también tiene ese derecho. Y no tiene nada que ver conmigo, sino con él/ella en ese momento. Wow. Les dije que nos cambia la vida.


Aprendamos a valorar objetivamente nuestras relaciones interpersonales, ya no nos tomemos nada personal. Nos daremos cuenta que es un estilo de vida más liviano y más sano. Yo sé que esto no es fácil, es un camino que exige recordatorios constantes de consciencia y objetividad; pero podemos empezar diciendo “No quiero ir”, “No me gusta eso”, “No”, o lo que sea para ti sin culpa, sin justificaciones, y sin remordimientos, recordando que tú necesitas estar bien primero para luego poder servir a otros.



 

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