Es más fácil

Era un sábado por la tarde. Había terminado una jornada matutina llena de pacientes mientras Daniel cuidaba a Luna. Habíamos acordado salir ese día pues Luna ya contaba con su primer set de vacunas y yo necesitaba ver otro ambiente que no fuera mi casa.

Almorzamos, descansamos, existimos como familia. Y la verdad, era mucho más fácil quedarnos en casa.

Pero yo sabia que necesitábamos salir. Yo lo necesitaba, y era algo que me había prometido a mi misma hacer. 

Pero no era tan sencillo como se miraba en mi mente. Ahora nos toma más tiempo. Hay que alistar a una persona más que viene con algunos complementos y yo tengo un paso más en mi lista — ordeñarme, algo que me toma mínimo 15 minutos.

“Y adonde vamos?” “Procuremos que sea un lugar que tenga un ambiente al aire libre y que sea bebé friendly”

Entre tanto y nada se hicieron casi las seis de la tarde. Ya no tenía ganas la verdad, ya estaba oscureciendo y me entró la pereza.

Otra vez, era más fácil quedarse en casa. 

Y es que es más fácil quedarse en el sofá scrolling en el celular que levantarse e ir a caminar.

Es más fácil seguir pretendiendo que nada pasa en una relación a hablar abiertamente las cosas.

Es más fácil seguir en la comodidad de ese trabajo que buscar empezar de nuevo.

Pero es que lo fácil no siempre es lo que necesitamos.

Lo fácil es lo esperado, lo cotidiano, lo cómodo. Y cuando se trata de nuestro bienestar, 'lo fácil' puede perjudicarlo. 

Al final, si terminamos saliendo. Y la pasamos tan bien—Daniel y yo hablamos como solemos hacerlo: de todo y de nada. Nos reímos, nos disfrutamos, nos amamos. Y Luna acompañándonos.

No se imaginan lo fácil que es desprenderme de mí y volcarme hacia Luna completamente. Hacer de ‘ser mamá’ mi nueva identidad. Arroparme bajo esa piel y olvidarme de todo y todos. 

Es tan fácil. Tan instintivo. Tan natural.

Es más fácil dormirme con Luna que hacer ejercicio y rehabilitar mi cuerpo.

Es más fácil enfocarme 100% en ella y olvidarme de mi pareja.

Es más fácil poner mil excusas de mamá para no bañarme y arreglarme.

Es más fácil decir ‘es que ahora soy mamá’ que seguir persiguiendo mis sueños.

Pero sé que aunque se sienta así de fácil es la receta para la destrucción de mi autoconcepto— mi carrera, mis intereses, mis anhelos, mis relaciones.

y porque si opto por lo fácil dos cosas pasarán:

1. Me voy perder a mí misma.

2. Voy a ir depositando todas mis expectativas y necesidades en mi hija.

Y no quiero eso. Mi hija no tiene porque cargar con expectativas de nadie. Es muy injusto para ella.

Y me ha costado tanto encontrarme que no se vale que me pierda.

Al final, Luna volará y será su propia persona; bueno, será su propia persona en la medida que yo modele ser mi propia persona.

Así que por más que me cueste, seguiré escogiendo lo difícil.

No les miento. A veces me quiero rendir— sé que estoy quebrando un molde que probablemente no se ha quebrado antes. Pero ahí voy.

Lento pero seguro.

Por mí,

por mi familia,

por Luna.

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