Dejemos de decir que lo material se recupera
Dejemos de pedir peras al olmo
Dejemos de ser tan pasivos
Dejemos de cuestionar las decisiones que ya se tomaron
Dejemos de criticar a los que publican sus donaciones
Dejemos de criticar a los que creemos que no ayudan porque lo hacen desde el anonimato
Dejemos de defender lo indefendible
Dejemos de esperar transparencia y solidaridad de personas sin escrúpulos
Dejemos de sentirnos culpables si estamos bien
Dejemos de difundir noticias falsas
Dejemos de decir que todo va a estar bien
Dejemos de callar nuestras opiniones
Dejemos de pasar por alto lo que si tenemos
Dejemos de sorprendernos cuando el cínico gobierno hace otra de sus “movidas”
Dejemos ayudar a los que lo están haciendo, desde donde pueden
Dejemos de soñar con Bukele
Dejemos de quejarnos solo por las redes sociales
Dejemos de pensar en el hubiera
Dejemos de reclamar porque no se desalojó a tiempo
Dejemos de aprovecharnos del otro
Dejemos de fingir querer ayudar
Dejemos de buscar culpables
Dejemos de esperar que otros nos rescaten
Dejemos de estorbar
Dejemos la burocracia en tiempos de emergencia
Dejemos de ser tan insensibles
Dejemos de buscar publicidad a través de donaciones
Dejemos de decir todo pasa por algo
Y aunque nos duela…
Dejemos el romanticismo de una nueva y mejor Honduras.