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Writer's pictureSofi

2 octubre, 2004

Era un sábado común y corriente. Recuerdo que mis papás me levantaron para ir a Tegus.


"¿Qué pasa?" pregunté alarmada.


"Alistáte que vamos a Tegus porque tu Tita está enferma"


¿Mi Tita enferma? Los que se enfermaban eran otros pero no ella. Y si estábamos yendo a Tegus es porque de verdad se sentía mal. 


En el camino a Tegus escuché el intercambio de llamadas entre mis tíos y mi papá. “Es un dolor de cabeza.” Pero si sólo es un dolor de cabeza, si sólo es una migraña, ¿por qué tanta alarma?


La Sofi de 11 años definitivamente no lo entendía y menos se imaginaba que iba a ser la última vez que iba a ver a su Tita con un poco de consciencia. 


Llegamos a la casa y mi Tita estaba acostada en la cama, creo que tenía una toalla en su cabeza y se quejaba del insoportable dolor de cabeza.


Recuerdo solo saludarla casi de lejitos para no molestar; era evidente que no se sentía bien y yo no quería agravar la situación. 


De haber sabido lo que ocurriría después me le hubiera tirado encima y la hubiera abrazado más fuerte. 

Se la llevaron al hospital y no pude volver a hablar con ella. Aneurisma Fisher 4.


La intervinieron y después de 22 días en coma, mi Tita murió un 24 octubre, 2004.


Todos los 2 de octubre mi cabeza le da play a este recuerdo; alterado por la nostalgia, el dolor, y la añoranza. 


Si tan solo te hubiera abrazado más fuerte Tita. Si tan solo te hubiera dicho cuanto te quería. 


Y es que así es la vida. Nos puede cambiar en un minuto. 


Mi Tita la que nunca se enfermaba de la nada estaba muy enferma y a días de la muerte.


Y por eso es que la muerte es la más grande de las maestras porque todo lo pone en perspectiva.


Marco Aurelio decía: sabé que podes morirte en cualquier momento, deja que eso guié lo que hacés, decís, y pensás en este momento. 


Nos complicaríamos menos la vida si le hiciéramos más caso.

Pensá que te vas a morir y decime si todo eso que tanto te preocupa ahorita, ¿es realmente importante?

Ese error que cometiste en el trabajo, ese resentimiento con ese amigo, esa palabra que no tenias que decir.


Apuesto que no, y apuesto que por ello estás desatendiendo lo que en realidad sí importa.



Tita, estas son algunas de las rosas que cultivo en tu nombre. Te extraño y extrañaré siempre.


 

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